lunes, 28 de enero de 2008

hasta el infinito y más allá


El sábado estuve en una nueva inauguración del Musac en León y me sirvió para darme cuenta de varias cosas. Cosas importantes para mí. Hacía mucho tiempo que no volvía por esas tierras y al entrar en la ciudad, en la cual pasé algunos meses de mi vida, supe que no soy Lobezno. Es cierto que dependiendo de la acumulación de grasa que tenga o bien soy como un Lobo o un Oso, pero Lobezno, definitivamente, no soy. Y no lo soy porque no tengo su poder curativo. Han pasado muchos años desde que, en el parque que hay justo enfrente de la estación de autobuses de la capital Leonesa, me despedí de Noelia haciendo una de nuestras "gracias" a lo Forrest Gump (esas tonterías íntimas que sólo se disfrutan en pareja). No podía imaginar que ese sería el último día que vería a la que fue uno de los grandes amores de mi vida. Aún hoy, y respetándola como lo hago, me cuesta comprender esta no-relación que tenemos. No la comprendo y sufro como un perro por ello. No, definitivamente no soy Lobezno. Nada más entrar en la ciudad se me encogió el estómago como si un Ultravillano lo exprimiese para hacer zumo. Y es que no estoy curado, la cicatriz sigue abierta. La cuestión es que al ver cómo sangraba ésta, comprobé que tengo varias más. Una de ellas, y tras leer hoy una carta, se hizo tan profunda que hasta House acertaría a diagnosticar que mi vida peligra seriamente (mi vida interior se entiende).
Siempre acuñé la idea de que hacerse mayor significa matar al niño que llevamos dentro y que al hacerlo la gente se vuelve aburrida y previsible. Yo por nada del mundo quiero matar al mío, quita, quita. Se llama Pablín y juega de manera torpe cerca de su casa. El pelo aplastado por el sudor y sus exagerados coloretes son la muestra de que el deporte no es uno de sus puntos fuertes. Se aplica en los estudios, le gusta dibujar y es un intenso soñador. Se siente querido por su entorno, de eso no tiene duda, pero tiene un problema: todo le hace daño.
Han pasado los años y la carcasa que debería protegerlo es más bien una jaula que otra cosa, porque los golpes van directamente a él esquivando al de afuera (es extraño, lo sé, pero será cosas de superhéroes y sus armas, digo yo). El tipo mayor (osea, un servidor) ni se entera, o mejor dicho, ni se enteraba... hasta este sábado. Ahora se me plantean dudas al respecto... matarlo y acabar con su sufrimiento o seguir así y esperar, por ejemplo, a que tenga superpoderes y que pueda al fin curarse.

Reflexionando sobre la fotografía que acompaña esta penosa pero real historia, con toda esa gente disfrutando de uno de los conciertos en Benicàssim me doy cuenta de que me he hecho mayor. No envidio para nada su situación geográfica en ese momento, menudo agobio por dios. Sólo pensar en estar metido allí dentro me pongo nervioso. Y no lo entiendo, con lo que yo disfrutaba de la música en directo. Pero claro, es porque de las heridas de Pablín no sale sangre, no, sale pasión. Voy perdiendo pasión a medida que empeora su estado. Y la pasión se sustituye por apatía. Y la apatía te hace viejo. Quizás haya gente que quiera su dirección para poder visitarlo, llevarle medicinas o quizás un comic. Mejor que nó. Está grave el neñu pero ahí sigue en el patio del colegio, sólu, tirando a canasta soñando con hacerse fuerte y entender a los mayores.

Por favor, villanos, supervillanos y demás fuerzas del mal: dejar al guaje en paz. Que aunque hablando con él parece mayor, en realidad pablín sólo es eso, un puto guaje.

3 comentarios:

dgm dijo...

.1º ¿Matar al niñooo? ¿tas llucuuu? yo me hice colega de él y ahora vamos a todos lados. Hasta a veces nos preguntamos ¿onde estará el de las canas?.
.2º Lo del amor vamos dejalo en que ye mas dificil que lo del guaje. Va tar siempre ahi, o tocandote los huevos o acariciandotelos, lo que quier decir que contacto va a haber siempre. Cosa buena es decirle: "-dejame en paz, no te escucho"; y mirar pa otro lao a la vez que tarareas en alto cualquier melodia sin sentido haciendote ver a ti mismo que no te estás escuchando. Luego sonríe cómplice de esa esencia mientras tus canas tratan de instruirte en saborear lo efímero, y libera rápidamente al niño pa que te saque de ahí ipsofacto! todo claro, adimentado con aceite de oliva y una pizca de... a veces funciona.
.3º La pasion se regenera, créeme y mas cuando sale a borbotones además... .(4º) tu ya eres un superviviente, sobreviviste y sobrevives a la Cuenca hasta el punto de haber echo romántica hasta Corea.
.siempreº skate or die
.6º un abrazu
.7º ven pa ca unos díes y facemos olis y picamos unos timbres

Anónimo dijo...

El dolor es inevitable,el sufrimiento se puede evitar pableen,ya sabes....como.

Ana García Marugán dijo...

Ey, ¿qué tal te va por Langreo estos días?

Me hice blog, lo que me faltaba ya! Pero bueno, cansaré a los dos días, como de costumbre.